
En este mes de septiembre trabajaremos la empatía para mejorar nuestro bienestar. Junto con la calma es uno de los aspectos que más reportará en tus relaciones y en tu bienestar social. Y nosotras, que somos seres sociales por naturaleza, lo notaremos mucho y tendremos más situaciones agradables y positivas si trabajamos la empatía.
La empatía va muy unida a la compasión. Hoy en día que nos encerramos en nuestros móviles a mirar la vida de los demás, dicho de una forma exagerada, es necesario que intentemos comprender el porqué los demás actúan así. Es fácil juzgar y presuponer las conductas de los que se exponen en las redes sociales, simplemente por una foto o un video que ves. Pero nos viene bien, a todos, pararnos a conocer un poco más a las personas, y no juzgar a primera vista lo que vemos. Y ahí es donde entra la compasión.
Voy a hacer una introducción al tema para que no se haga muy largo todo lo que podemos aprender sobre la empatía. Y ya te iré dando más información durante el mes.
Qué es la empatía
La empatía es la capacidad de recoger de forma verdadera, lo que el otro está sintiendo y pensando, y ser capaz de conectar con sus emociones, ya sean positivas o negativas. Y priorizar esa información frente a un lenguaje no apropiado o una conducta fuera de tono, aunque no por ello significa que tengamos que soportar cualquier situación, pero sí que intentemos mirar más allá de eso.
Como ves, para ser empáticos es fundamental intentar comprender al otro primero. Sin juicios ni evaluaciones, simplemente intentando ponerte en sus zapatos (puedes releer esta entrada en la que ya te hablé de ello) e intentando conocer qué hay detrás de esa forma de actuar.
Y ahora es cuando entra en juego la compasión. Que no es más que intentar sentir lo que esa persona está sintiendo antes de juzgarla, y conectar con esa emoción.
Sin embargo, como ya he comentado, con la vida actual que tenemos, en la que todos estamos expuestos de una u otra forma, es difícil cultivar la compasión y la empatía. Y no nos damos cuenta que si te paras a intentar comprender las emociones y los sentimientos de las personas con las que te relacionas, ya sea de forma personal o a través de la pantalla, te será mucho más fácil no juzgar lo que hacen o por qué lo hacen.
Cómo influye la comunicación en la empatía
Muchas veces el fallo está en la comunicación. Que se convierte en errónea.
Porque el mensaje que el emisor quiere transmitir no llega al receptor por una u otra razón. Y esa es la base de una buena empatía: la comunicación.
Ya sabemos que el lenguaje es uno de los aspectos más importantes de la comunicación, pero el error está en no intentar descifrar el lenguaje no verbal, corporal, de tu interlocutor. Puede que sea, de hecho, más importante éste que el lenguaje verbal. Todos sabemos que la intención y las formas con las que alguien cuenta algo cambia totalmente el mensaje final. Así que tenemos que ponerle interés en conocerlo, y no quedarnos en las palabras “literales” que suelta el otro. De hecho hay ejercicios muy chulos para aprender a descifrar mejor el lenguaje no verbal que te contaré en otro momento.
¿No te pasa algunas veces que estás intentando contarle algo a una persona y no te está “entendiendo” y se convierte la conversación en un diálogo paralelo en el que tú hablas de una cosa y la otra persona está hablando de otra? Pues eso pasa a menudo, y puede ser la base de discusiones y riñas tontas por no llegar a comunicarnos el mensaje que queremos transmitir.
Así que tenemos que ponerle énfasis en la forma de transmitir nuestros mensajes y en recibir los del otro de la forma más completa que hay, lenguaje verbal y no verbal.
Cuáles son los obstáculos que dificultan la empatía
Como ya he comentado, el primer obstáculo es no prestar atención al lenguaje no verbal y corporal del otro. Qué te está queriendo decir con sus maneras, que a veces es verdad que está oculto por lo que te dice, o que cuesta deducirlo, pero hay que intentarlo.
Consecuente de lo anterior, pierdes la capacidad de tener escucha activa. Ya hemos visto que para tener escucha activa tienes que poner todo tu interés en el otro, y esa escucha activa es el primer paso para poder ser empático y recoger todo lo que le pasa a la otra persona.
Estas dificultades suelen venir por no tener atención plena al momento presente que estáis viviendo. Cuando te evades con pensamientos, sentimientos e ideas que en ese momento no son necesarios, pierdes mucha información y posibilidad de comprender mejor al otro y sentir lo que está sintiendo. Aquí se ve, como se ha descubierto en los últimos años, el poder de la atención plena en todos los aspectos de tu vida.
Incluso si superas estos obstáculos de atención y escucha activa, pueden aparecer otros errores como aconsejar al otro cuando éste no te lo ha pedido, o juzgar todo lo que está sintiendo o diciendo porque no va con tu forma de pensar. Debes tener en cuenta que esa persona no eres tú, y que tienes que salirte de tus zapatos.
Cómo ser empáticos y practicar la compasión
A grandes rasgos, porque ya lo veremos más tranquilamente, te doy unas ideas para mejorar tu empatía:
Ser sensibles ante lo que los otros te cuentan, con cuidado de no involucrarte demasiado en sus “problemas”.
Enfocarte en escuchar. De forma activa y con atención plena en tu presente.
Volverte menos extremista y más tolerante. Entender que no todo es lo que yo pienso o lo contrario. Que en medio hay una gran variedad de pensamientos aceptables.
Pensar en la buena fe del ser humano como norma. Muchas veces creemos que los otros hacen las cosas “para fastidiarnos”. Y nada más lejos de la realidad, si cambias tu pensamiento podrás ver detrás los porqués de cada uno.
Practicar la calma en tus relaciones. No hablar sin pensar, tener cuidado si tus emociones quieren saltar ante algún comentario de otra persona, y respirar si te hace falta varias veces antes de intervenir, te servirá para ser una persona más empática.
Ante personas que no practican la empatía, te sirve mucho reconocer que ellos son los que tienen el problema, y si te apetece ayudarlos, hazlo de forma cuidadosa, haciéndole ver que “a lo mejor” no se está poniendo en el lugar de otro, y no está intentando comprenderlo. Si intentas avasallarlo, seguramente saldrás tú mal parada, así que hazlo con tacto 😉
Conclusión
De una forma general, te he presentado la empatía para que intentes trabajar tu bienestar social.
Practicar la empatía y la compasión mejora tu bienestar y te ayuda a ser más feliz cada día, sin tener momentos conflictivos en tu entorno, que muchas veces nos hacen sentir mal e irnos a la cama con una mala sensación.
Ponte en la piel del otro cada vez que vivas una conducta que no entiendes en tu punto de vista.
Sé más tolerante y parte de la base de que los demás no hacen las cosas para fastidiar. Intenta escuchar activamente lo que te dicen de forma verbal y no verbal.
Todo ello bajo un velo de calma que debe acompañarte en todo momento.
¿Cómo se te dan las relaciones sociales? ¿Sientes que eres una persona fundamentalmente empática, o es un aspecto que necesitas trabajar?
Déjanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!
Sandra que bueno!!!Nunca me había parado a pensar la relación empatia-compasion!!!Gracias !!!
Muchas gracias Lourdes. Así es, la compasión es la base para que nuestras relaciones no sufran y nos podamos poner en el lugar del otro. Un beso!
Lo que pasa que la palabra Compasion tiene significado negativo en nuestra sociedad. Está claro que bien aplicada es otra cosa
Hola, claro que sí. Aunque a veces se le da un sentido equivocado no hay nada más bonito que compadecerte del que está sufriendo. Gracias por tu comentario!