5 claves para mejorar la actitud ante una enfermedad

La diferencia entre sufrir una enfermedad o pasar por una etapa de poca salud está en tu actitud y tu forma de ver las cosas. No se trata de ignorar tu circunstancia, sino de “engañar” con buena intención a tu mente para que no se instale en la dualidad Salud=felicidad y Enfermedad=infelicidad.

Cuando nos encontramos en esta situación es beneficioso no caer en la parte negativa de la dualidad, y sobre todo no etiquetar así este momento de tu vida. Sé que es difícil, y que parece una utopía, pero si le pones intención a ello sacamos a nuestra mente de ese estado de alerta y defensa y de todo lo que conlleva la idea de estar enferma.

Vamos a ver cómo conseguir pequeños cambios.

 

5 claves para cambiar tu actitud ante una enfermedad

Una vez que hemos hablado de vivir con nuestro dolor y no con el sufrimiento ( si te perdiste mis últimas publicaciones puedes ir a leerlas ahora) te voy a dar 5 claves que a mí me sirvieron para no encerrarme en mi idea negativa de vivir enferma.

 

1 Usar las autoafirmaciones positivas

Simplemente dejar de pronunciar la frase “Estoy enferma de cáncer”, y cambiar a “estoy en un proceso de tratamiento para eliminar células cancerígenas” o cualquier otra frase que resuene más contigo, es una ayuda.

Vuelvo a repetir que no es ignorar o evitar lo que estás pasando. Más bien es acostumbrar a nuestra mente a no caer en la etiqueta negativa de la dualidad Salud versus Enfermedad. Si yo me acojo a la Enfermedad, mi mente, de forma condicionada, va a crear ideas y pensamientos sobre todas las posibilidades que hay ante una situación de Enfermedad. Sea posible o no.

Así que dedicar unos minutos a crear tu relato “no negativo” o neutral de la situación presente, es una buena forma de enfocarnos en la actitud positiva. 

 

2 Escuchar sólo lo que tu equipo médico te cuente

Tal como nos propone el Mindfulness, tener actitud de principiante ante cada situación que vives es muy beneficioso para dejar espacio al cambio y a que surjan conductas de crecimiento en cualquier persona. Pero ahora será más necesario aún. 

Ante un diagnóstico de tal envergadura, nuestra mente siente la necesidad de ir corriendo a Google a preguntar las miles de dudas que nos surgen. Eso no estaría mal si, detrás de todas esas respuestas a tus dudas, no estuvieran también miles de ejemplos de todo tipo de casos que, a veces, no tienen que ver nada con el tuyo.

Y generalizamos esos resultados, efectos secundarios, y todo tipo de complicaciones a todos los tratamientos. Y puede que nada de eso te vaya a pasar a ti. Pero ya tú te dejas influenciar negativamente por todo ello.

En vez de hacer eso, hazte una batería de preguntas en una libretita o en un papel para que cuando vayas a tus visitas a tu oncólogo o a cualquier otro profesional del equipo que te lleve, te pueda responder a tus dudas según tu caso concreto. 

Te propongo que, ante cualquier tentación de viajar por internet para conocer tu tipo de tumor y lo que provoca en tu salud, aproveches ese tiempo para buscar todo lo relacionado a mejorar tu salud emocional que buena falta nos hace en esta situación. O buscar libros que te ayuden a estar en paz, eso siempre es bienvenido. 

 

3 Desidentificarte de la enfermedad

Como ya he comentado en otras publicaciones, la des-identificación de los pensamientos es importante para convencerte de la idea “yo no soy mi mente”. 

En un caso concreto como éste, es importante que tu mente no se agarre a la única idea de que “estoy enferma” y que haya espacio entre la mente de enferma y tú. Para ello te vuelvo a proponer en tus reflexiones mañaneras repetirte eso como un mantra.

También buscar ratos de algunas actividades que sean compatibles para tu estado físico y energía que te dejen ver al final del día que has hecho algo aparte de todo lo que conlleve tu tratamiento. Aunque creas que es una actividad insignificante, dale toda la importancia que puedas y aprovecha para dar gracias por ello. 

 

4 Prepararte mentalmente para lo que te toque vivir cada día

Siguiendo la idea de poner foco en nuestra misión de vida, es verdad que la principal de ahora será curarte. Pero además de ello está bien que cada mañana sepas a lo que te tienes que enfrentar ese día y cómo quieres hacerlo. Como lo harías ante un día importante de trabajo o de encuentro social.

Con qué personas te vas a encontrar, cómo quiero tratarlas, cómo quiero que me vean. Cómo serán los momentos duros de hoy y cómo los afrontaré. Parece que no sirve pero siempre que tengamos la brújula que nos guíe será más fácil no perdernos de esa actitud que queremos que nos ayude ante todo ésto.

 

5 Eliminar de tu mente la idea de que, cuando termine todo, es cuando podré ser feliz

Ahora mismo hay que pensar a corto plazo. Tu vida es ésta. Es lo que nos toca vivir y aquí y ahora es donde debo ser feliz. 

Sí, ya sé que te suena a chino eso de ser feliz mientras tienes un cáncer, pero si nos enfocamos en pequeños momentos de felicidad en vez de una “vida feliz” es más posible. 

Soy partidaria de tener objetivos en la vida, por supuesto, pero siempre que durante el proceso de conseguirlos seas feliz. Esta idea es distinta a la de esperar a conseguir tu objetivo para ello.

Creo que el camino hacia tu objetivo debe ser como una escalera larga y poco pronunciada en la que cada escalón es un pedazo de tu logro. Pues aquí es igual. Cada día vamos dando un paso importante en el tratamiento. Sea el desenlace victorioso o no, no nos podemos agarrar a ese desenlace para ser feliz. 

Vuelve a la idea de enfatizar cualquier pequeño momento de alegría o de no-dolor cada día y tómalo como una pequeña dosis de felicidad. Es algo que tendríamos que hacer siempre, no solo en una situación problemática como ésta.

 

5 claves para mejorar la actitud ante una enfermedad

Conclusión

Hemos hablado otras veces de que no podemos elegir algunas situaciones de nuestra vida, pero sí la forma de vivirlas.

La actitud y mentalidad ante tu enfermedad serán las mejores herramientas para gestionar tu caos emocional.

Hay pequeñas cosas que puedes hacer para ello. Aquí te he dejado sólo algunas.

Busca las que más resuenen contigo y trabaja cada día en tu salud mental.

Es igual de importante que la salud física. 

¿Llevas a cabo alguna de estas prácticas? 

Cuéntanoslo en comentarios, ¡nos encanta leerte!

 

5 Claves para mejorar la actitud ante una enfermedad